martes, 16 de febrero de 2010

Ejercicio: "Un trayecto en ascensor". Asignatura: Escritura

Acaricié el botón del séptimo piso. Una derrama de 100 euros por vivienda; estupendo para la crisis. Es cierto que abrir y cerrar manualmente las puertas del ascensor era, cuanto menos, molesto. Pero yo encontraba cierta satisfacción en ese habitáculo de toda la vida, tan parecido a aquél que resultaba tan moderno en el edificio de mis padres cuando era niña.


El hecho de que fueran números táctiles me resultaba demasiado tecnológico. No podía dejar de pensar, cada vez que subía y bajaba, que en cualquier momento de estropearía el sistema y me quedaría encerrada, sin poder marcar el número de emergencia puesto que a éste, también, se accedía a través de un pulsador táctil.

Lo que no sabía es que iba recogiendo gente por el camino. Menuda gracia.

- ¿Sube?- dijo una voz. Sin mirarla (seguía muy atenta en los números de los pisos) asentí. Debíamos ir por la tercera planta cuando me di cuenta. No cabíamos bien. Mi cuello tuvo que girarse hacia el espejo debido a la falta de espacio y mi cuerpo se había quedado torcido. Repasé en menos de un segundo mi aspecto, sin prestarle demasiada atención, y pude verla. Una tripa de embarazada; posiblemente la más grande que había visto nunca. O, quizá, la única a la que había prestado algo de atención. Como en señal de protección, la mujer, de la que continuaba sin conocer el rostro, se acarició ese bulto extraño durante unos segundos. Fue entonces cuando me atreví a observar su cara. Los labios, muy rojos y sonrientes; los ojos, brillantes, dejando un rastro de tiernas patas de gallo sobre el rabillo. Volví la mirada hacia mí misma. Apagada. Fría. Vacía. Sola.

- Hasta luego.- dijo, de pronto, la misma voz de antes. Estábamos en el sexto. Ni siquiera me había fijado si había acariciado las teclas táctiles al entrar, como yo, o si se sentía incómoda por la extrema proximidad de nuestros cuerpos durante esos instantes. Se había marchado. Se habían marchado. Sin girarse para mirarme.

Candela Martín

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