Viernes, 30 de enero de 2009. Actualizado a las 11:08 (CET)
NIÑOS
Un ratoncito duro de roer
Con más de 100 años, el Ratón Pérez sigue recogiendo dientes para guardarlos en su casa de la calle Arenal
CASA MUSEO DEL RATÓN PÉREZ Dónde: Arenal, 8 (primera planta) Cuándo: lunes de 17.00 a 20.00 horas; de martes a sábado, de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas Cuánto: niños gratis; adultos 1 euro
CANDELA MARTÍN
Con más de 100 años a sus espaldas -o a sus dientes-, el famoso Ratón Pérez sigue trabajando sin parar. De ahí la eterna pregunta infantil: ¿Dónde lleva el ratoncito todos los dientes que acumula?. No es una gran fábrica en el Polo Norte, ni un lugar escondido entre los desiertos de Oriente: se trata de su propia casa, situada en pleno centro de Madrid.
Desesperado de tener que explicar por carta a cada niño que le pregunta sobre su vida, Pérez ha decidido convertir su hogar en un museo para que todos puedan visitarlo y descubrir en qué se traduce su trabajo.
Nada más llegar al edificio, nos damos cuenta de lo importante que es el pequeño Pérez. Una placa recuerda que allí vivía el roedor desde 1900, según el cuento de Coloma.
Sus objetos más preciados
La colección de dientes ilustres es una de las atracciones principales. Colmillos, muelas y premolares de leche de importantes personajes de la historia como Cervantes, Beethoven o Newton están enmarcados y colgados en una de las paredes del museo.
Pero es en la casita de muñecas situada en el centro de la sala donde realmente hace vida. Allí tiene un cuarto de baño con todas las comodidades, una cocina, un salón y hasta su propio dormitorio con armario y cama, como el que podría ser el hogar de cualquier persona.
Además, una pared muestra con cartulinas las distintas residencias vacacionales que tiene repartidas por el planeta en cartulina, y un armario conserva sus objetos más antiguos.
Ya en el primer piso, un escaparate muestra al ratoncito junto a su familia, los Pérez, delante de un mapa del mundo, en el que aparecen todos los lugares donde se ha construido una casita de vacaciones fabricada con queso.
La entrada al museo viene precedida por una tienda con objetos de todo tipo relacionados con el diminuto ratón: estatuas de cerámica, peluches e incluso cuadros.
Emparentado con la realeza
Este Ratón que pasa su vida cambiando regalos por dientes de leche está además emparentado con la realeza. Dicen que el pequeño Alfonso XIII -el abuelo de Juan Carlos I- se asustó al ver cómo se caía uno de sus dientes de leche y en Palacio encargaron al escritor Luis Coloma que creara una historia para quitarle el miedo.
Nacía entonces, alrededor del año 1900, el cuento que conocemos actualmente sobre el Ratoncito Pérez, madrileño habitante de una caja de galletas en los sótanos de la confitería Prast, lo que es ahora el citado número 8 de la calle Arenal.
Han pasado los años y Pérez no se ha conformado con la caja de galletas en la que vivía antaño y ha ocupado casi todo el primer piso del edificio. Un secreto: Pérez ha pedido a los responsables que dejen pasar gratis a todos los niños. Sus acompañantes adultos sólo tendrán que pagar 1 euro cada vez que quieran visitarlo.
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Casa museo del Ratón Pérez
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